En
lo alto del cerro-fortaleza se halla la colegiata de Santa María.
La obra actual data del siglo XVI y de su origen románico guarda recuerdo
en la crujía septentrional del claustro. Seis bellos capiteles de
labra característica dan fe de aquella época. El
claustro tiene una forma trapezoidal irregular (Ver planta) con un solo ángulo recto, en la unión de crujías
sur y sureste siendo su lado menor el meridional, que cuenta tan solo con
tres arcos de medio punto. El mayor se sitúa al sureste y cuenta
con diez arcos y enfrente suyo la crujía de poniente luce siete arcadas. Toda
la columnata se alza sobre un podio corrido. Las columnas son dobles,
muy estilizadas en la zona moderna donde se rematan por medio de pequeños
capiteles decorados en su zona superior con motivos vegetales.
Sobre
esta estructura descrita se superpone
un segundo piso en ladrillo delimitado por un friso de esquinillas. Ese piso alto esta cuajado de vanos rematados en arco de medio
punto al estilo de los pisos altos de las casonas nobles aragonesas. Las
crujías sureste y sur dejan ver hileras de vanos al exterior del
edificio (en la fachada de acceso al edificio y en la que da vista al caserío
del pueblo).
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En
el espacio existente sobre la zona claustral que contiene los capiteles románicos
se han cerrado los vanos con ventanales acristalados
y en su alargado interior se ha habilitado el área del museo donde,
con climatización y medidas de seguridad adecuadas, se guardan retablos
góticos y bellas pinturas (Imagen 10).
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La
crujía norte, adosada al lado sur del templo, se ha estructurado
en dos mitades separadas por una ancha pilastra (Imagen 10).
A la izquierda de la imagen, tres pares de columnas sobre basas áticas
se coronan con tres capiteles dobles que reciben el empuje de dos arcos
de medio punto dovelados.
A
nuestra derecha encontramos similar disposición, pero con una evidente asimetría
motivada por la forzada inclusión de un sarcófago que obligó
a rehacer los arcos y a desplazar la columna doble central. Es remarcable
que quienes hicieron esto no debían de ser muy buenos conocedores
de la disposición de ábacos, capiteles y basas, porque las dovelas apean directamente en el capitel, y el ábaco se recolocó
invertido bajo la basa. Debieron de pensar que de todas formas, la altura
total de los cuatro elementos (capitel-columna.basa-ábaco) no variaba
por que su orden se alterase.
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A
primeros de Mayo de 2004, en un día de primavera loca con fuerte
viento y abundantes nubes amenazando tormenta, volví a Alquezar y
disfruté tomando un montón de imágenes de este bello
rincón. Con
la complicidad del viento y las nubes que caprichosamente tamizaban la luz
del mediodía, logré imágenes que transmiten luces,
sombras, belleza, serenidad, orden...
En
el fondo es la esencia del lugar hecho recogimiento, donde el tiempo se
detiene y el creyente dispone de momentos de aislamiento y rezo. Donde
los espíritus sensibles; crean, no crean o sigan con la
duda como principio filosófico (elegante excusa para quien no posee
la fe del carbonero), pueden siquiera por un instante percibir sutiles vibraciones
de otras gentes y otras épocas que aquí fueron. No
me resisto a compartir contigo las más bellas. Disfrutarlas no es
sino estímulo de compromiso para viajar al lugar una y otra vez esperando
encontrar no se bien qué.