En esta misma época,
en la opositora plaza de Barbastro, los capiteles árabes eran de
bella simplicidad en contraste con los que se van a describir. Queda muestra
en el museo Diocesano de Barbastro, de un capitel árabe del XI
hallado en las excavaciones del entorno de la catedral.
La imagen 6 muestra
un precioso capitel, que es uno de mis favoritos. Se trata de la creación de Adán en el que se representa
a Dios como una figura con tres cabezas (resolviendo de forma simplificada
el Misterio de la Trinidad), infundiendo a Adán el alma mediante el
contacto de su dedo índice derecho en su oído izquierdo. Conserva parte
de la policromía rojiza original. Cuatro ángeles en
posiciones invertidas, para amoldarse al volumen lateral del capitel, sostienen
la mandorla en que se inscribe la escena. Este
capitel es único en el mundo románico por la forma de interpretar
el Misterio de la Trinidad. No conozco nada parecido en esta época.
Como
en el resto de las representaciones divinas de este claustro, ningún
atributo denota la majestad del Creador. No hay nimbos crucíferos ni
aureolas. Hay un detalle que indica impericia el su artista y es que no hay
concordancia entre el eje de la mitad superior del cuerpo de Dios con respecto
a su mitad inferior. Por
otra parte, es destacable que, en conjunto las figuras inscritas en la mandorla
componen una forma cruciforme, a modo de ideograma de crismón (Cruz
inscrita en círculo).