El templo y el lugar de Montañana
son sin duda deliciosos pero el motivo que sobresale con fuerza de entre
ellos es, por derecho propio, la magnífica portada de su muro sur con
su delicada decoración. Hay en altura un primer elemento decorativo,
ligeramente descentrado con respecto a a la portada, compuesto por un gran
vano cegado sobresaliente del muro y flanqueado por dos parejas de arquillos
ciegos de tradición lombarda apeados en ménsulas variopintas
en su forma y decoración, como reaprovechadas de otros lugares. Antes de
la restauración estos elementos estaban a resguardo de un improvisado
tejadillo avanzado de uralita que puede verse en las imágenes
4 y 5.