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El tímpano efigia un pantócrator sedente en mandorla; en actitud de bendecir y con los Evangelios en la otra mano. Está sustentado por dos ángeles; todo ello de muy buena factura. Recuerda en su estilo a la decoración del tímpano de San Pedro en Viejo de Huesca. (Imágenes 1 a 3 y 5)
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Como sucede en el apuntado tímpano oscense, los ángeles que sustentan la mandorla se hallan en forzada posición de "cuclillas" para adaptarse ellos y sus alas a las enjutas del tímpano. Otro detalle, más frecuentemente visto en la pintura románica que en la escultura, es el hecho de surgir los citados ángeles de sendas nubes de morfología ondulante.
Sobre la portada y a ambos lados del ventanal/hornacina hay varios arquillos ciegos al modo lombardo decorados con puntas de diamante en su intradós (Imagen 7). Apean en ménsulas álgo desgastadas, a pesar de lo que en la central del lado izquierdo volvemos a encontrar a la dama desnuda que se prodiga por los canecillos de los templos románicos, llenando de interrogantes con su atrevida pose (Imagen 8).
En la situada a su derecha, hay una mano con dos cabecitas junto al apeo de la jamba del ventanal (Imagen 9).