A los pies
de la nave norte del templo se abrió una capilla en la que se guardan
los restos de los niños-mártires san Justo y san Pastor, mártires
complutenses de antigua veneración en Huesca. Fueron martirizados
a comienzos del siglo IV de nuestra era. Habiendo decretado Diocleciano persecución
para los cristianos y enterados de ello los niños, según la
tradición tiraron sus tablillas de escritura y abandonando la escuela
fueron ante Diocleciano para declararse cristianos. Fueron degollados
a las afueras de Computum (hoy Alcalá de Henares) el 6 de Agosto
de 305, según fecha reconocida por la Iglesia. El lugar de martirio
se conoce como Campo Laudable y la piedra donde fueron degollados se guarda
en Alcalá. Se estima su edad en 9 y 7 años respectivamente.
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En este año
de 2005 se cumple el XVII centenario de su martirio y las arquetas con
sus restos han sido excepcionalmente expuestas a la veneración de
los fieles. Se guardan protegidas por rejas en un altillo de esa capilla,
guardadas por dos llaves de las que una la conserva el Ayuntamiento y la
otra el Obispado de Huesca. Los niños-mártires
fueron enterrados en el lugar de su muerte y allí permanecieron hasta
que en el año 760, por temor a las posibles acciones de los musulmanes,
los trasladó san Úrbez hasta un apartado lugar del Valle de
Nocito. En la ermita de Santa María
permanecieron enterrados hasta su traslado a San Pedro el Viejo de Huesca.
Parte de sus reliquias viajaron a Narbona y Lisboa y durante el reinado
de Felipe II volvieron a Alcalá de Henares.
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De su actual
ubicación en San Pedro el Viejo de Huesca no se sacan sino en ocasiones
excepcionales, pudiendo tener que aguardar otro siglo para ser contemplados. Subyace una
sensación de "pugna" con Alcalá por su posesión
y en voz baja se narra un episodio acaecido hace siglos en el que unos monjes
trataron de robar las reliquias para llevarlas a aquél lugar, estando
a punto de ser linchados por los oscenses.
Lo cierto
es que durante la semana del 17 al 22 de Octubre de 2005 han estado expuestos
en su capilla. Se trata de dos arquetas de madera del siglo XVI en tono rojo en
cuyo frontal apreciamos dibujos de un personaje provisto de cayado mirando
hacia la cerradura. Al otro lado de la misma, hay una placa de metal repujado con
el nombre del santo (SC IVSTE - S PASTOR) y el escudo moderno de la ciudad
a base de jinete con lancero al modo de las monedas ibéricas de Huesca-Bolscan.
También figuran dibujados sus nombres en las arquetas. En la tapa
del arqueta de san Justo, figura el escudo antiguo de la ciudad de Huesca:
una puerta amurallada y sobre ella una bloque con muesca superior, que según
se cree representaría el desfiladero del río Flumen en el
"Salto de Roldán".
En el interior
de las arquetas, protegidos por urna de cristal, se conservan los restos de los mártires.
Llama la atención el tamaño del fémur visible en la
arqueta de san Pastor, con características de adulto, así
como el cráneo. En la arqueta de san Justo, destaca una sandalia
de cuero del mártir. En opinión
de la guía de San Pedro el Viejo, licenciada Mª Antonia Buisán,
las figuritas de las arquetas portando cayado podrían representar
a san Úrbez en función de protección de los restos,
como lo hiciera en vida en Nocito. El cayado lo identifica y no se aprecia
ninguno de los símbolos con los que se identifica a los niños
mártires (espadas, palmas, tablillas o corte en el cuello).
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