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Los sacerdotes judíos
comparecen ante Pilato, sentado en su escaño, demandando guardia para el sepulcro
de Cristo. Es una escena que está muy bien conservada y que permite
apreciar la maestría del de San Juan de la Peña (Imágenes
1, 2 y 6)
En el lado "oscuro"
del capitel vemos a cinco soldados guardando el sepulcro de Cristo con
las espadas desenvainadas: cuatro y el capitán de la guardia que
se diferencia por llevar un casco elegante -situado en el ángulo
izquierdo- . Todos lucen cota de malla (Imagen 3).
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"Pasado el sábado,
ya para amanecer el día primero de la semana, vino María Magdalena
con la otra María a ver el sepulcro. Y sobrevino un gran terremoto,
pues un ángel del Señor bajó del cielo y acercándose
removió la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Era
su aspecto como el relámpago , y su vestidura blanca como la nieve.
De miedo de él temblaron los guardias y se quedaron como muertos.
El ángel dirigiéndose a las mujeres, dijo: No temáis
vosotras, pues sé que buscáis a Jesús el crucificado.
No está aquí; ha resucitado, según lo había
dicho. Venid y ved el sitio donde fue puesto. Id luego y decid a sus discípulos
que ha resucitado de entre los muertos y que os precede a Galilea; allí
le veréis. Es lo que tenía que deciros." (Mt.
28; 1-7)
En la cara corta exterior
del capitel se muestra a los soldados -todo el grupo condensado en tres-
"como muertos" por efecto del poder del ángel que surge
de entre las nubes desde el ángulo superior derecho, llevando un
bastón en su mano derecha (Imagen 5). Cuando las Santas Mujeres
llegan (tres representadas en el capitel; mientras que en los evangelios
no hay consenso en su número, coincidiendo únicamente en
que estaba María Magdalena) con sus ungüentarios, el ángel
les informa de la resurrección de Cristo (Imagen 4).
En el detalle de la imagen 7 se aprecia el tocado que
llevan las tres, igual a de María en el regreso de Egipto.
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