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Las imágenes 11y 12 muestran el derrumbe del muro sur; que no es sino un gran montón de sillares y escombros. En él se hallaba la bella portada que costó la integridad del templo. Se desmontó y trasladó al mencionado Museo. Lo que ocurrió después está a la vista.11
Al interior, el espacio del templo está totalmente invadido por la vegetación, fundamentalmente higueras; proporcionando una curiosa estampa (imágenes 13 y 14).
El ábside se articuló mediante columnata doble sustentando fajón probablemente apuntado, en funciones de arco triunfal; y el que apoyarían las nervaduras procedentes de las otras dos columnas del cilindro absidal; al que dividen en tres lienzos, en cada uno de los cuales se abre ventanal de derrama interior, con columnillas y capiteles. Por encima de las ventanas, moldura doble, que se arquea sobre las claves de los ventanales y continua a nivel de las impostas por toda la nave.
El espacio de la nave, se dividió en tres tramos, señalados por dos grupos de columnas y sus respectivos fajones, con capiteles interpuestos, geométricos (Imágenes 18 y 19). En el tramo de los pies del muro norte, un vano de medio punto da acceso a lo que debió de ser escalinata de una desaparecida torre.
En el enorme montón de sillares y escombros en que se ha convertido lo que fue explanada ante el muro sur del templo; destacan dos con buena labra; en especial el primero de ellos (Imágenes 20 y 21). Es la pieza que conformó el capitel acompañante de otro mayor, que sería el simétrico del de la imagen 18
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Otro bloque pétreo tallado (imágenes 22 y 23) corresponde a una de las ménsulas que sustentaron el desaparecido alero sur. Es una tosca y redondeada cabeza.