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Tras la magnífica cabecera del templo, la "nave" se compone de dos tramos bien diferenciados haciendo el primero de ellos la función de falso crucero. Está mucho más elaborado y mejor decorado que el tramo de los pies que parece no ser sino la articulación del templo con el muro del recinto primitivo. (Imagen 1). El templo se levantó en torno a cuatro pilares de sección cruciforme más o menos evidente que a nivel de la imposta se despliegan en sendos fajones y formeros para sustento de la bóveda. Los fajones son dobles, apeando el más externo en gruesas semicolumnas adosadas. Los formeros, más estrechos, apean en columnas cilíndricas apuestas a los muros. Fajones y formeros exteriores se decoran en su borde libre con grueso bocel. Ello junto con el adorno de los mismos de ajedrezado jaqués que converge en la esquina libre del núcleo de cada pilar cruciforme dan un aspecto magnífico a la bóveda cuando se contempla bajo su vertical.

En el tramo de los pies del templo, la estructura de fajones y formeros es más sencilla al ser su cubierta de medio cañón en contraposición a la elaborada bóveda del tramo previo. Es curiosa la forma elegante de dividir la gruesa pilastra en fajón y formero a base de una división en "V" de su arista originando un ángulo diedro (Imágenes 3 y 4)

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La contemplación de la bóveda de la cabecera da clara idea de la prolongación del cuarto de esfera por medio de medio cañón que la continua de forma insensible (Imagen 2). No es lo habitual. Por ejemplo en los templos cincovilleses, lo normal hubiese sido elevar un nuevo fajón para marcar la separación de estos dos tramos de la cabecera y definir el presbiterio. La resultante aquí es una cabecera de mayor profundidad lograda gracias a la mencionada prolongación.

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En el tramo de los pies, la existencia previa del muro del recinto primitivo, el afloramiento rocoso en que se basa la fábrica y la esquina noreste de la iglesia de Santa María de Valverde (Imágenes 10 a 14) obligaron a los constructores a utilizar de todos sus recursos para integrar dichas estructuras. Así vemos notables asimetrías o columnas dispares en longitud pero sin que en absoluto rompa todo ello el bello ritmo de construcción del templo. La innovadora solución en la bóveda de elevar dos trompas consecutivas aporta al conjunto una sensación de agilidad. Parecen palmas que se despliegan en altura de forma sucesiva.

Durante el rodaje de "El Reino del Cielo" en otoño de 2003 y aprovechando los andamiajes trepé a uno de los huecos de las ventanas absidales y desde allí obtuve la imagen 13.