II.
EL CASTILLO PALACIO.
Derribado el pabellón
que en mala hora adosaron al muro S. del Palacio,
quedó descubierta la portada mutilada por quienes
tan erróneamente levantaron dicho pegadizo
y al no ver ahora el conjunto serio y artístico
que tendría en su día y el cual forja
la imaginación reconstruyéndolo con
los elementos que quedan, vuélvese a lamentar
la incultura de los tiempos pasados al no respetar
al arte antiguo, mal aconsejados por egoísmos
del momento.
En
el derribo del pabellón aparecieron 4 canecillos
de piedra y 2 entrepaños o metopas que supuse
al momento serían del conjunto de la portada,
correspondiendo a la cornisa de ella; las dimensiones
de dichas piezas responden a lo que allí hubiere.
En efecto; la portada tiene 4,70 de ancho; si llamamos
n al número de canecillos que hubiere, n-1
sería el de entrepaños y suponiendo
que en las esquinas no hubiera canecillos dobles y
dado el ancho de esos canecillos que era de 0,20 y
de 0,34 el de los entrepaños, podremos hallar
el número de canecillos que habría por
medio de la siguiente fórmula, en la que hay
que tener presente que debe quedar una pequeña
cantidad para el grueso de las juntas;
n
x 0,20 + (n-1) x 0,34 =4,70
Deducido el valor de n, tenemos para él la
cantidad de 8, con un sobrante pequeño, para
las juntas. Corrobora, pues, la fórmula que
serían de la cornisa de la portada las dichas
piezas y es lógico que de allí fueran
ya que al elevar el pabellón tuvieron que serrar
los salientes del muro y nada más práctico
que usar en el nuevo muro los detritus que de allí
salieren para evitar arrastres y economizar piedra.
También salió en el derribo un trozo
del medio inferior del friso que va encima de la portada
y se ha colocado en el sitio en que indudablemente
estaría ya que las dimensiones de la piedra
y la simetría no daban lugar a duda alguna.
También en el muro había un sillar que
era una ventana pequeña ajimezada muy digna
de estudio y que no se ha colocado en parte alguna
por no saber el sitio que ocuparía en su día;
ambas piedras se ven en una de las fotografías
insertas en la primera parte de este trabajo.
El marco ovalado que rodea a la imagen del Salvador
en el friso de esta portada lleva una leyenda que
hoy solo se puede leer en parte y sobre la que discrepan
en sus escritos los que hasta ahora han publicado
informaciones sobre este monumento. Isidro Gil después
de habilidosa reconstitución de la leyenda
manifiesta que allí se documenta que el año
165 de la Era Cristiana se construyó el castillo.
Esta opinión la acogió la Real Academia
de Bellas Artes de San Fernando y el prestigioso Lampérez
y alguien más; en cambio hay quien como Del
Arco lee otra cosa no deduce por tanto nada de fechas.
Mi modesta opinión la aplazo para cuando pueda
subir hasta la leyenda y copiarla exactamente para
interpretarla por mi parte o por quienes sean más
autoridad en la materia.
Se
ha dejado entre el medio friso y los canecillos y
metopas el espacio correspondiente al otro medio friso
para que en su día se complete. Asimismo se
ha colocado un tejadillo provisional para cubrir la
portada de las lluvias.
En la jamba derecha de la portada hay un sillar con
una leyenda de la que he incluido una copia en la
primera parte; lo que allí dice relativo a
un siervo Tulgas no lo ha copiado hasta ahora exactamente
nadie, ni en la distribución de las letras
en las correspondientes líneas, ni en el verdadero
escrito, ni en el carácter de la letra; yo
pude sacar una copia bastante más exacta de
ella, pero quiero tener la oportunidad de sacar una
fotografía para que autoridades con quienes
he consultado (como el P. Fita) puedan decirnos la
verdadera fecha que allí hay escrita, quién
era Tulgas, si allí está enterrado y
la relación que pueda haber entre él
y la construcción del Castillo, pues se han
hecho deducciones acerca de ello por la fecha que
allí está escrita.
Como que hoy no pueden sacarse fotografía de
la portada desde el frente y hay que hacerlo desde
el costado, incluyo un dibujo de la portada y cuando
haya oportunidad veré de hacerme con una fotografía
de frente y con copias de la leyenda del marco, de
una leyenda vista por alguno acompañando a
la figura de un ángel y de cuantos detalles
precisen sacarse.
¿Cómo sería el conjunto de la
portada? Asunto es este que como otros análogos
dejaré para un capítulo aparte al final
en donde intentaré reconstruir algo del Castillo
no llevado de la idea de acertar, si no impulsado
por la obligación que creo tenemos (los que
por encargo oficial de estos monumentos nos ocupamos)
de poner de nuestra parte cuanto sepamos y podamos
con arreglo a nuestras investigaciones en averiguación
de lo que en su día fueron dichas joyas de
nuestro arte pasado.
En las jambas interiores de la portada aún
se ven empotradas parte de las piezas metálicas
que servirían para colgar las hojas de dimensiones
grandes de la puerta que cerraría tan importante
fortaleza.
Cesemos de contemplar el grandioso murallón
de la portada y el magnífico conjunto de su
ábside de tres pisos y cruzando la puerta moderna
que se ha colocado para cerrar la entrada a Palacio,
subamos por la severa e imponente tramada de la escalera
que salva el desnivel entre la portada y la plata
de la Iglesia. Hoy se ve con más luz dicho
conjunto. ¡Qué emoción se experimenta
al contemplar aquellos muros ennegrecidos por el tiempo,
separados de la bóveda de medo cañón
que cubre la superficie de la planta por una cornisa
ajedrezada, sillares casi todos señalados por
signos lapidarios!
Allá en lo alto de la escalera y junto al arranque
de la bóveda vi un sillar oscuro que contenía
algo como una fecha. Saqué impresión
a la cera de él y me pareció ver claramente
una M una X y dos o tres I. ¿Será acaso
la fecha de la terminación de la escalera?
Es punto importantísimo que estudiaré
detenidamente al final del trabajo así como
la sección originalísima de los peldaños
de la escalera.
Casi a mitad de la tramada y por puertas simétricas
abiertas en cada uno de los lados, se entra a los
dos departamentos que constituyen lo que podríamos
llamar el primer piso del Palacio. Por el hueco de
la derecha se entra a la cripta y por el de la izquierda
a un local que debería ser el cuerpo de guardia.