Adolfo Castán reportó el hallazgo en una pequeña elevación próxima al castillo de cerámica romana ("terra sigillata") así como proyectiles de plomo para lanzar con honda. Materiales que confirman el hecho de que por la proximidad de esta torre pasaba la calzada romana en su tránsito desde Zaragoza hacia el valle de Hecho. Antiguas vías que en época medieval continuaron siendo utilizadas y que vienen a explicar la ubicación de este castillo
En las inmediaciones de las ruinas del castillo hallamos la también deteriorada ermita de San Miguel. Obra del siglo XII de la que se conservan ábside y presbiterio, habiendo sufrido derrumbe su nave. Y poco al sur de la torre, la ermita de la Virgen de Marcuello, verdadera capilla castrense edificada al servicio del castillo.
Su alargado ábside no posee ni un solo motivo ornamental. Es militar y defensiva pura y dura. Hay torre adosada a su costado sur y también edificaciones de siglos posteriores. La cripta, dedicada a san Esteban, se mantiene en la misma linea de sobriedad.
Se acepta que la edificación de esta torre consta de dos fases. La primera correspondienter al reinado de Ramiro I, quien hacia 1057 había iniciado campaña contra Bolea -fallida- desde los castillos de Marcuello y Loarre. La segunda etapa edificativa, a la que debe de corresponder la mayor parte de su obra, es de época de Sancho Ramírez, si bien el aparejo empleado muestra notable diferencia con lo visto en la obra que bajo su mandato se hiciera en Loarre. Bien es verdad que aquél era "acta en piedra de su autoafirmación" y capilla real, mientras que esta torre no pasaba de ser escolta defensiva de aquél. Es este un momento en que la corte del rey de Aragón es aun itinerante y sus referentes formales son un panteón (San Juan de la Peña), una catedral (San Pedro de Jaca) y un castillo (Loarre).
Planta cuadrada de notables proporciones para lo habitual en el momento (Marcuello tiene unos 11 metros). Cinco pisos. Diecisiete metros de altitud. Aljibe en la base rocosa de la planta baja y un pequeño recinto fortificado en torno suyo componen el esquema general de Marcuello.
A. Castán demostró un dato edificativo de gran interés en este recinto: en el espesor del muro hay vigas de madera claveteadas, reforzando la estructura e impidiendo alabeos. Pero a quien importa ese hecho. Porque no es más que una molesta ruina que solo a pocos interesa..
Se conocen los nombres de algunos de sus tenentes: Pedro Sánchez entre 1077 y 1105; Barbatuerta o Barbaza entre 1110 y 114; y Pedro Ortiz en 1170. Después, se pierde su historia hasta el XV. Se sabe que hacia 1488 el lugar de Marcuello aún estaba habitado. Posteriormente, como también ocurriera en Loarre, sus habitantes bajan al llano, a los lugares de Sarsamarcuello y Linás de Marcuello.
Ya en 1610 Labaña lo da como despoblado. Y Quadrado en 1808 como arruinado. El resto es lamentablemente facil de prever
La roca, la omnipresente roca que forma mallos y caprichosas formaciones "hojaldradas" es firme asiento para la ermita de la Virgen de Marcuello
Virgen románica de Marcuello, que se guarda en la parroquial de Sarsamarcuello. Tallada en madera, sedente y policromada, porta al niño sobre su pierna derecha, cuando lo habitual es tenerlo centrado o sobre el lado izquierdo.
Si tienes la oportunidad, la excursión al castillo de Marcuello y su prolongación hasta el mirador de los buitres es de las que no se olvidan. El paisaje, la enorme extensión de terreno dominado, la vista desde lo alto de los mallos o los colores del atardecer suplen con creces la falta de monumentaridad artística de los elementos visitados o su desatendida situación de ruina.
Y a poco que nos extendamos al norte por pistas, aparece el Pirineo en tono mayor como singular telón de fondo. Pinos quemados como recuerdo de recientes incendios dan la nota de contraste al paisaje. Blanco y negro. Una vez más la dualidad, si se sabe mirar.