CLAUSTRO.-
Esta es sin duda la zona más
emblemática del monasterio. Se cobija directamente bajo la roca que
le sirve de resguardo y en su tiempo (data del siglo XII) estaba cerrado hacia
el norte mediante un muro que ha dejado su impronta en el exterior de la iglesia
superior (Imagen 4).
Hoy con la citada estructura de cierre eliminada, la arquería del claustro
se puede contemplar desde el exterior. Personalmente pienso que
sería más fidedigno volver a alzar el desaparecido muro que además de proteger
el claustro permitiría un ambiente más acorde con el original.
Otra ventaja la constituiría la adecuada contemplación de
los capiteles, en lo tocante a su cara interior, cuya orientación
a contraluz forzado es mala no solo para la fotografía sino también
para la simple observación visual. La arquería del claustro
se eleva sobre un podio corrido de piedra extraída de las cercanas canteras de Botaya. Las medidas
del rectángulo son de 16 x 10 m. Sobre las arquivoltas, una imposta
corrida de ajedrezado jaqués recorre la estructura. (Imágenes
6 y 7).
Como en el
resto de los monumentos, en especial en los más visitados, recomiendo que si puedes lo visites fuera de
temporada y a ser posible en día laborable (los lunes cierran casi
todos los monumentos y museos) a primera hora, recién abierto.
Tendrás el placer de disfrutar del lugar en soledad y si entornas
los ojos el ruido de la brisa en los árboles y los trinos de los
pájaros, te vincularán con los que en otras épocas
sintieron lo mismo que tu en ese instante.