CLAUSTRO:
CAPILLAS LATERALES, LÁPIDAS Y PUERTA MOZÁRABE.-
Al claustro se accede a través de una magnífica puerta hispanovisigoda
de arco de herradura dovelado que apea sobre impostas sogueadasy que evidentemente
corresponde cronológicamente a la época de edificación
de la iglesia inferior de los Santos Julián y Basilisa (Imágenes
1 y 2). Se apunta en
la mayoría de lo consultado que esta puerta debió de ser "trasplantada"
en la época de la reforma impulsada por Sancho Ramírez, pero
hay opiniones dispares apuntando a que pudiera haber estado siempre en
este emplazamiento. Lo cierto es que al interior de la misma junto a su
jamba más alejada de la peña hay un vano de cuarto de punto
que pudo haber sido la comunicación con la iglesia inferior y quizá el acceso a
esta parte alta del monasterio a través de esta bella puerta.
La inscripción que la adorna, para Carmen Lacarra y García Lloret (Suma de Estudios 2000), fue realizada una vez recolocada en su actual posición, ya en el siglo XII.
Posee dieciocho
dovelas muy bien trabajadas que forman un arco de herradura. Sobre las mismas
con cuidada letra se puede leer:
| PORTA
PER HA(N)C CAELI FIT P(ER) VIA CVQVE FIDELI + SI STVDEAD FIDEI IVNGERE
IVSSA DEI
(Por
esta puerta se abre el camino de los cielos a los fieles + que unan
la fe con el cumplimiento de los mandamientos de Dios)
|
1a
Sobre estas líneas muestro una composición derivada de la rectificación de la inscripción existente en esta portada con las dovelas colocadas de forma consecutiva, luego con los trazos del cantero sobrescritos en amarillo y más abajo esos mismos trazos aislados, legibles y traducidos.
La primera mitad de la inscripción
se repite exacta en la iglesia de Puilampa en Sádaba, Zaragoza.
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En las paredes
del claustro que limitan con la iglesia, una gran cantidad de laudas funerarias
recuerdan a quienes aquí dedicaron su vida a la oración (Imagen
3). La más
antigua de ellas se halla nada más salir al claustro a la izquierda (Imagen 4). Corresponde al
obispo Sancho de Jaca, muerto en el día 10 de las calendas de diciembre
de la Era 1021 como se puede leer en su inscripción:
3
|
+ X: KL: DECMBS: OBI: SANCIUS-
EPISCOPVS: IACCENSIS:ANIMA
EIVS:SIT:INPACE:ERA
M:XX:I |
4 |
A esta epigrafía del obispo Sancho
le falta una "C" ("M:C:XX:I") como hizo notar Durán Gudiol
dado que hace referencia a 1083 y no a 983 aunque hay que advertir que
la epigrafía no corresponde a la fecha adecuada dado que como me indica
el profesor Alberto Montaner su estilo corresponde a un momento avanzado del siglo XIII.
5
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Las imágenes
7 a 13 ilustran la capilla gótica de san Victorián
donde reposan los restos de los abades del monasterio. Es la
primera manifestación del arte gótico florido en Aragón.
6a
Sobre etas líneas,
la imagen 6a interactiva, corresponde a la lauda necrológica
del primer abad del monasterio, el abad Aquilino (+1075). Situando el cursor
sobre la misma se resalta el texto: "HIC : REQUIESCIT : SERVVUS DEI:
ABBAS AQVILINVS QVI OBIIT IN ERA MILESIMA : CENTESIMA : XIII ANIMA EIVS REQUIESCAT
IN PACE AMEN"
Por debajo, en la imagen
6b muestro la lápida correspondiente al segundo de los abades del
monasterio, Sancho (+1085). También es interactiva. Su transcripción:
"HIC: REQVIESCIT : SANCIVS : ABBAS ISTI LOCI QVI OBIIT : IN ERA T C :
XXIII"
6b
Ambas lápidas están
epigrafiadas en mayúscula visigótica según me especificó
el profesor Alberto Montaner con ocasión de preguntarle acerca del
significado de la "T" en la era, confirmándome que se trata de una
abreviatura de la unidad ("I") multiplicada por mil gracias al travesaño
superpuesto que le aporta el perfil semejante a la letra "T". Asimismo
me señalaba la identidad de escritura y fórmulas de era con
lo visto en Iguácel aportando autenticidad y cronología a esa epigrafía
que data el templo en 1072 ("Era T Centésima XA")
En el muro
lindante con la iglesia románica se conserva una inscripción,
borrosa (Imagen 13), en
letra gótica que dice: "Don Juan de Marqués, que fue
monje y sacristán del Monasterio de San Victorián cuando era
prior de San Pedro de Tabernas, sujeto a aquel cenobio, fue nombrado abad
de este monasterio por don Benedicto XIII el Papa (Luna), desde Peñíscola
el 15 de diciembre de 1412. Mandó edificar esta capilla bajo la advocación
de San Victorián, abad, y puesta la primera piedra en los fundamentos
por el mismo den Juan, abad, fue comenzada el 22 de julio de 1426 y terminada
el 5 de noviembre de 1433"
7
8
En el sarcófago
situado bajo el arcosolio/vano lateral de la imagen 7 descansan los restos del abad Marqués y los de otros cuatro
abades del monasterio: el abad Aquilino, primer
abad del Monasterio muerto en 1075, su sucesor el abad Sancho fallecido en 1085, el abad
Juan muerto en 1273 y el abad Francisco de Roseto muerto el 31 de julio de 1394. Delicados motivos
labrados en la piedra adornan esta capilla. Una mirada cercana a los mismos
nos permite advertir detalles tan simpáticos como los caracoles que
corren sobre los motivos vegetales (Imagen 8).
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En el muro
colindante con la iglesia, se abre un vano de medio punto dovelado y sobre
el mismo quedan restos de pinturas románicas en las que podemos advertir
medallones decorados con pavos reales. Bajo estas pinturas, y directamente
pintado en la piedra, asoma un crismón trinitario de tonos rojizos
(Imágenes 11 y 12).
A la derecha de la puerta se halla la inscripción del
siglo XV, más arriba transcrita, que da fe de la edificación de esta
capilla. Y entre la
inscripción y la puerta encontramos otra noticia funeraria en dos sillares superpuestos.
El superior, aunque muy deteriorado, permite advertir con claridad un crismón
arcaico de cuatro brazos bajo el cual la epigrafía permite aclarar
que es la dedicatoria al abad Sancho sucesor de Aquilino. Data su muerte
en la era MXXIII.
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En el ángulo
opuesto a la capilla de San Victorián se edificó la capilla
de San Voto a modo de pequeño templete
(Imágenes 9 y 10). Según
rezan los textos: Paseaba el abad Briz Martínez
por el claustro cuando dos enormes rocas se desprendieron de la peña
dando una en su hombro y otra cerca de él. Considerando su salvación
un milagro, mandó construir esta capilla en honor de los primeros ermitaños
del monasterio: santos Juan de Atarés, Voto y Félix.
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Su estilo es
neoclásico y coronando su portada se halla el escudo del abad constructor,
en el que se incluyen el cordero y la bandera de San Juan Bautista que son
las armas del monasterio que gobernó. Dentro hay un retablo pintado
y fechado por su autor en inscripción en el zócalo, que corresponde
a 1631. El lienzo que representa el milagroso hallazgo por parte de San Voto del cadáver
del ermitaño Juan. Fue pintado por Juan
Pérez Galván, de Luesia en 1631 (Imagen 10).
