CAPITEL
NÚMERO 19
Este capitel muestra
en las caras de su cesta la Cena con los discípulos
de Emaús, la Duda de Santo Tomás y la Ascensión de
Cristo a los Cielos
Lo narrado en el capitel
es continuación de lo empezado a relatar en el anterior, conformando
entra ambos un ciclo doble donde se muestra el episodio de los discípulos
de Emaús y la Duda de Santo Tomás
"Puesto con ellos a la mesa, tomó
el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Se les abrieron los ojos
y le reconocieron, y desapareció de su presencia. Se dijeron unos
a otros: ¿No ardían nuestros corazones dentro de nosotros
mientras en el camino nos hablaba y nos declaraba las Escrituras) En el
mismo instante se levantaron y volvieron a Jerusalén y encontraron
reunidos a los once y a sus compañeros, que les dijeron: El Señor
en verdad ha resucitado y se ha aparecido a Simón. Y ellos contaron
lo que les había pasado en el camino y como le habían reconocido
en la fracción del pan." (Luc.
24; 31-35)
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En la cara sur del capitel
se escenifica la cena de Cristo en Emaús. Aparece sentado en el centro
de la mesa. A la izquierda del grupo, la escena se completa con una puerta
en lienzo de muralla, que representa a la ciudad de Emaús
"Pasados ocho días, otra
vez estaban dentro los discípulos, y Tomás con ellos. Vino
Jesús, cerradas las puertas, y, puesto en medio de ellos, dijo: La
paz sea con vosotros. Luego dijo a Tomás: Alarga acá tu dedo
y mira mis manos, y tiende tu mano y métela en mi costado, y no seas
incrédulo, sino fiel. Respondió Tomás y dijo: ¡Señor
mío y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto
has creído; dichosos los que sin ver creyeron". (Jn.
20; 26-28)
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La escena se muestra en
la cara que da al interior del claustro. Tomás, situado al lado izquierdo de Cristo, mete
el dedo en la herida de su costado izquierdo de Cristo (En la iconografía
se acostumbra a mostrar la lanzada en el costado derecho) que levanta su
mano mostrando la señal del enclavamiento. Desde el lado izquierdo del capitel,
dos apóstoles asisten a la escena.
"Y comiendo con ellos, les mandó
no apartarse de Jerusalén, sino esperar la promesa del Padre, que
de mí habéis escuchado; porque Juan bautizó en agua
, pero vosotros, pasados no muchos días, seréis bautizados
en el Espíritu Santo. Los reunidos le preguntaban: Señor,
¿es ahora cuando vas a restablecer el reino de Israel? El les dijo:
No os toca a vosotros conocer los tiempos y los momentos que el Padre ha
fijado en virtud de su poder; pero recibiréis el poder del Espíritu
Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta el extremo de la tierra.
Diciendo esto, fue arrebatado a vista
de ellos, y una nube le sustrajo a sus ojos. Mientras estaban mirando al
cielo, fija la vista en El, que se iba, dos varones con hábitos blancos
se les pusieron delante y les dijeron: hombres de Galilea, ¿qué
estáis mirando al cielo? Ese Jesús que ha sido arrebatado
de entre vosotros al cielo, vendrá como lo habéis visto ir
al cielo." (Hch. 1, 4-11)
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Este episodio bíblico
de la Ascensión a los cielos se narra a lo largo de dos de las caras
del capitel: la del lado norte y la oscura. Se articula la escena en torno
al ángulo noroeste del capitel donde aparece Cristo sentado dentro
de una mandorla portada por dos ángeles mientras la mano derecha
de Dios Padre sale de los cielos para asir su muñeca izquierda y
arrebatarlo al cielo, que se representa por la ondulación que ocupa
toda la porción superior de esta esquina (Imágenes
5 a 8)
En la cara norte aparecen
cinco apóstoles postrados de rodillas mirando al cielo con las manos
alzadas. El escultor los sitúa de menor tamaño que el resto
de los del capitel y distribuidos en dos filas superpuestas (Imagen
7).
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En la cara oscura del capitel
vemos a otros tres apóstoles en pie ocupando el lado derecho
del capitel, con la misma actitud de cara y palmas vueltas al cielo. Es significativo que hay una
unidad de narración es este capitel de gran formato, labrado para
alzarse sobre cuatro fustes. A lo largo de sus cuatro caras aparecen los
once apóstoles a los que hace referencia el evangelio de Lucas: cinco
y tres a los lados de Cristo que asciende. Dos que contemplan la resolución
de la duda y Tomás que hace el número once.