Es viernes
27 de Agosto de 2004. Se me ha hecho tarde disfrutando del castillo de Loarre
y cuando llegué a Rasal, cruzando la sierra por la Foz de Escalete,
ya habían marchado los operarios. El sol ya se esconde y proyecta
alargadas sombras y tonos rojizos sobre el templo. Han desmontado por
completo la cubierta de la nave, y a lo que se ve, está muy adelantado
el desmontado de la cubierta de la cabecera.
Tras limpiar
el extradós de la bóveda de cuarto de esfera se procederá
a su consolidación para aportarle solidez e impermeabilidad de cara
al futuro. Mientras tanto, cuando cesan los trabajos, se cubre con una lona
para evitar humedades en caso de lluvia. El templo, además, permanece
cerrado.
A pesar de
estar cerrado y no poder acceder al interior, seguí el mismo procedimiento
que cuando tomé las primeras imágenes de su interior sin tener
llave. A través del ventanuco del muro sur, se cuela la cámara
y se dispara por intuición, ajustando diafragma y tiempo previamente.
Mi actual cámara es bastante mayor que la anterior; pero cabe justita
por ese pequeño agujero. Es un truco que a veces te saca de apuros para obtener
alguna imagen. El inconveniente es que como no controlas el encuadre, el
resultado no es ortodoxo. Pero con un poco de maña y haciendo muchas
fotos resulta documentalmente aceptable.
El aspecto del ábside sin su sobrecubierta
es diferente y llama la atención la morfología del mismo.
El friso de baquetones entre dos moldura tóricas aparenta remate
de fortificación. El extrados de la bóveda de cuarto de esfera,
oculto bajo la lona azul, apenas destaca de su perfil. Recordemos que esa
bóveda apea en la zona interior del muro compuesto mientras que ese
original adorno que remata la cabecera corona la zona exterior del mencionado
muro.